Si tienes problemas para encontrar tiempo para orar, dale a Dios quince minutos al día. Eso es el uno por ciento. S t. Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, habló del minuto heroico, que es el primer minuto del día en que te levantas, antes de que las cosas se vuelvan locas. Tanto él como Bobby recomiendan darle esos primeros minutos a Dios. O, si eres más un noctámbulo, dale quince minutos antes de ir a la cama.

Si no tenemos tiempo para orar, debemos verificar dónde están nuestras prioridades. Es fácil no ver la oración como una prioridad porque no vemos resultados inmediatos como lo hacemos con muchas otras prioridades. Pero los frutos de la oración provienen de la perseverancia. Cuanto más oremos, más capaces seremos de distinguir la voz de Dios de nuestra propia imaginación.

Para obtener un libro útil sobre la oración y la toma de decisiones, consulte Orar, decidir y no preocuparse por Jackie y Bobby Angel, con el P. Mike Schmitz.